
Prometimos vivir con intensidad los momentos que pasáramos juntos, pero sin llegar a enamorarnos el uno del otro, ya que era un amor imposible, pero ninguno cumplió el trato, fuimos uniendo nuestras almas hasta hacerlas una sola.
Ahora soñamos juntos, vivimos en un constante sueño que nos recuerda que aunque estemos lejos, nos queremos y no podemos olvidarnos.
Lo peor de todo es saber que nos queremos aunque no debamos, tener que pasar las horas lejos de sus besos, sus caricias, su mirada, no poder abrazarlo, ni sentirlo dentro de mi.
Es mi apoyo y mi alegría, y, viviré en este sueño interminable de pasión, porque es lo que me mantiene viva, se que acabará, pero mientras pueda, seguiré luchando por seguir a su lado. Se que nunca debí empezar esta relación, pero también digo que jamás me podré arrepentir de estar con el. Lo quiero y no me arrepiento.